La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) supone un reto sanitario por su cronicidad, su complejidad clínica, repercusión económica e impacto emocional y social. En el contexto andaluz, la reflexión de especialistas de los servicios de digestivo, farmacia hospitalaria y gestión sanitaria revela tres ámbitos prioritarios de mejora: el abordaje psicológico, la reducción de los tiempos diagnósticos y la equidad en el acceso a la innovación terapéutica.

Este resumen recoge los principales mensajes del foro “INTEGRACIÓN DEL MODELO AFECTIVO-EFECTIVO EN ENFERMEDADES INTESTINALES INFLAMATORIAS (EII)” (28 de octubre de 2025).

Lo esencial, en 8 ideas accionables

El reto sanitario
La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) es un reto sanitario debido a su cronicidad, complejidad clínica, repercusión económica e impacto emocional y social. Se identifican tres áreas prioritarias de mejora: el abordaje psicológico, la reducción de los tiempos diagnósticos y la equidad en el acceso a la innovación terapéutica.

El pilar de la Salud Mental
La EII exige un tratamiento integral donde la salud mental sea fundamental. Los pacientes frecuentemente presentan ansiedad y depresión debido a la incertidumbre clínica y los brotes. Las demoras, la escasez de recursos y la falta de coordinación obstaculizan la atención psicológica efectiva.

Carencia estructural: el psicólogo clínico
La ausencia de psicólogos clínicos integrados en las Unidades de EII andaluzas es una carencia estructural. Los especialistas proponen que la presencia del psicólogo se institucionalice como requisito de calidad asistencial, al igual que la enfermería especializada.

Adherencia y bienestar emocional
Existe una clara relación entre bienestar emocional y adherencia terapéutica. Los pacientes con alteraciones psicológicas tienden a incumplir con mayor frecuencia los tratamientos. Se propone establecer herramientas homogéneas para evaluar la salud mental y diseñar estrategias de intervención específica.

El retraso en el diagnóstico
El diagnóstico temprano es decisivo para mejorar el pronóstico, pero los tiempos actuales siguen siendo excesivos. Factores clave de demora incluyen la falta de formación específica en Atención Primaria y las limitaciones en la disponibilidad de biomarcadores como la calprotectina fecal.

Optimización del seguimiento
El seguimiento actual depende de pruebas invasivas y costosas (colonoscopia, resonancia magnética) con demoras significativas. La ecografía intestinal se plantea como alternativa eficiente y menos invasiva, cuya expansión requiere inversión en equipamiento y formación.

Inequidad en el acceso a terapias
Persisten desigualdades territoriales en el acceso a tratamientos biológicos e innovadores dentro del sistema andaluz. Los gastroenterólogos denuncian diferencias entre hospitales en la secuencia terapéutica debido a la ausencia de protocolos unificados y restricciones presupuestarias.

Comités multidisciplinares
La solución para la disparidad terapéutica radica en la creación de comités multidisciplinares de EII. Estos comités deben ser capaces de consensuar decisiones terapéuticas basadas en la evidencia científica y las características individuales del paciente.

¿Qué significa para pacientes y profesionales?

Para los pacientes, implica reconocer la salud mental (ansiedad, depresión) como un pilar fundamental en el tratamiento de enfermedades crónicas como la EII. Busca eliminar la inequidad en el acceso a la psicoterapia pública y a las terapias innovadoras. Además, requiere reducir los tiempos diagnósticos excesivos, clave para mejorar el pronóstico de la EII, y combatir la alta subjetividad en el diagnóstico de la depresión. El objetivo final es garantizar que los tratamientos adecuados lleguen a quienes los necesitan, mejorando la adherencia, que se compromete seriamente por factores psicológicos y efectos secundarios.

Para los profesionales, exige abordar carencias estructurales, como la falta de psicólogos clínicos integrados en las Unidades de EII, y fortalecer la formación en Atención Primaria para la detección precoz. Requiere fomentar la cooperación multidisciplinar y el consenso mediante comités que establezcan guías clínicas flexibles y actualizadas periódicamente. Finalmente, implica incorporar herramientas de innovación tecnológica (teleconsulta) y métodos de seguimiento eficientes, como la ecografía intestinal.

Conclusión

El abordaje de la EII requiere una visión integral que supere las barreras estructurales. La transformación debe basarse en la evidencia científica, la cooperación multidisciplinar y la equidad territorial, para avanzar hacia un sistema más eficiente, humano y centrado en el paciente con EII.